Si hablamos de torneos icónicos en la vida de Los Andes, el de 1983 seguramente está entre los primeros, comenzó la columna de Pablo Varela para el sitio oficial de Los Andes. Si bien en el segundo lustro de los años ‘70 acariciamos la posibilidad de volver a Primera, aquella recordada campaña del equipo de Jorge Pedro “Negro” Marchetta tuvo ribetes de hazaña.
El torneo fue dividido en dos zonas de 11 equipos, al estilo mexicano, pero se igual se enfrentaban todos contra todos, a dos ruedas. El primero de la tabla general ascendía directo (Atlanta) y clasificaban al reducido por el segundo ascenso los tres que seguían en la zona del campeón (Deportivo Italiano, All Boys y Quilmes), los cuatro de la otra zona (Tigre, Almirante, Los Andes y Chacarita) y el mejor quinto (Estudiantes de Caseros).
La historia para el Mil Rayitas comenzó en las sierras cordobesas con una dura pretemporada al mando del profe Javier Ventos. Llegaron Carlos Podeley (Almirante Brown), el "Pato" Jorge Cragno (Gimnasia), el volante Héctor Acevedo (El Porvenir), Víctor Hugo Alarcón (Racing), un puntero derecho que había dado que hablar en Talleres y El Porvenir, Sergio Omar “ET” Saturno, el arquero Teodoro Wenner y, de Córdoba, el "Negro" se trajo dos conocidos, el central Eduardo Arrieta y un cinco exquisito que estaba por colgar los botines: Guillermo Aramayo.
El plantel se completaba con los jugadores del club: Escobedo, Serrizuela, Marcos Castro, Cuellos, Meza, Flores, Cabrera, Garay, Ifrán, Oviedo, Ramón González, Rizzone, Medina, Pizzo, Damiano, el "Gallego" Pérez y Víctor Martínez.
“Se había formado un plantel corto de alrededor de 26 jugadores, en que once de ellos éramos de las inferiores del club”, señaló Tito Garay, a la página oficial del club. Por su parte Luis Escobedo resaltó: “Ese equipo tenía sentido de pertenencia, con chicos que hicimos todas las divisiones inferiores juntos”.
El equipo que surgió en la segunda rueda
En la primera parte del campeonato el equipo anduvo a los tumbos. Estaba en la cola de su zona. ganaba poco y no aparecía el equipo. Se recuerda un épico 4-4 con Atlanta, cuando perdía 1-4 y con un hombre menos en el primer tiempo, un 2-0 a Almirante en Lomas por la pantalla del viejo ATC (hoy TV Pública), pero no mucho más. Terminó con solo 18 puntos, octavo en la zona y 17mo en la general.
“Al principio éramos un desastre, fuimos antecolas toda la primera rueda. Me puteaban los amigos, los enemigos, a mi vieja había que despegarla del alambrado para que dejara de putear", había contado el Negro Marchetta, en una entrevista a El Gráfico, por su comienzo de carrera como director técnico en el de sus afectos más cercanos: Los Andes, tras una insistencia del Coco Basile y hablar con dirigentes de Los Andes.
En la segunda rueda de a poco comenzó a surgir el equipo. Decía la Revista “Entérese” de agosto del ‘83: “De repente parecen olvidarse los problemas, corregirse los errores y todo marcha de acuerdo a las previsiones (…) con un arranque rápido en el medio sustentado por la ubicuidad de Aramayo, con tres atacantes que rotan constantemente: Saturno, Alarcón y Cuellos, y una defensa firme con Arrieta y Serrizuela de centrales y Escobedo cubriendo el lateral derecho".
Los resultados habían empezado a llegar. El equipo tenía 3 puntos más que los conseguidos en la primera rueda en igual cantidad de partidos y ya estaba quinto en su zona. Y, a partir de ahí, se vería lo mejor del equipo de Marchetta en jornadas brillantes, por juego y planteo: victorias de visitante con Almirante (1-0), que iba puntero; 2-1 a Dálmine en Campana con un gol de 25 metros de Aldo Ifran; 1-0 a Español con gol de Aramayo, que luego con un remate suyo casi desde el medio campo le iba a empatar a Banfield 2-2 en el Florencio Sola. En los últimos 10 partidos Los Andes ganó 7, empató 2 y sólo perdió 1, con El Porve, en Lomas, 2-1. Gracias a estos muy buenos resultados, terminó tercero en su zona, a solo 1 punto de Almirante y 4 de Tigre que peleó el torneo hasta la última fecha.
Llegó así al reducido en la cima de la ola y vino la historia conocida por todos: lo pasó a Almirante en cuartos, 3-2 en Lomas, el día que el país volvía a la Democracia luego de 7 nefastos años de dictadura militar, y 1-1 en Casanova, con un penal de José Tiburcio Serrizuela en tiempo suplementario, una noche de martes con una caravana con más de 25 micros de la 543 de los que solo volvieron un par, por esas cosas que pasan en el ascenso.
Lo sacó a Quilmes en semis con un recordado gol de Tito Garay en la vieja cancha de Sarmiento y Guido, en un empate 1-1, y otro golazo de Nicolás Cuellos de tiro libre en Lomas, 1-0
Y la final. Esa histórica instancia que no arrancó bien para Lomas en cancha de River Plate el 23 de diciembre ya que a pocos minutos del comienzo un pase corto de Serrizuela, lo obligó a Damiano a cometerle penal a Fonseca Gómez, el mismo jugador que marcó el 2-0 final.
La revancha fue una locura, cuatro días más tarde, con un Gallardón explotado, Los Andes jugó un partidazo y se fue al descanso arriba 2-1. “Nosotros hasta ganando dos a uno estábamos bien y termina el primer tiempo en el mejor momento nuestro Queda la anécdota, esa de que los jugadores pensaban que cualquier triunfo mandaba a un tercer partido, cuando en realidad era que solo un triunfo por la misma diferencia obligaba un alargue y penales. Los Andes estaba a un gol de lograrlo, pero en el segundo tiempo Chacarita logró dar vuelta el resultado. Los Andes lo empató y tuvo alguna chance de ponerse en ventaja nuevamente, pero ya no había más tiempo. Luego, la locura y la violencia recordada por todos...
"En la segunda rueda ganamos todos los partidos y jugamos la final por el segundo ascenso con Chacarita. Perdimos 2-0 y empatamos 3-3 la revancha, el árbitro nos cocinó vivos. Pero fue un campañón", completó Marchetta sobre aquel plantel que quedó en las puertas de subir a Primera División.
Las camisetas: sin la clásica mil rayitas, pero con 3 tiras
Párrafo aparte para las camisetas que usó el equipo ese año. La casaca mil rayitas no hizo su aparición. En aquellos años, varios equipos compraban juegos standard de la marca Adidas en los solo coincidían los colores. No fuimos la excepción.
Los Andes en esa temporada usó una camiseta toda roja y otra blanca con las mangas rojas. Eran los primeros años de las publicidades y en esa temporada nuestras camisetas tuvieron dos: Papeltex (una papelera de Lanús) y la enigmática M1 Windsail, que algunos hinchas recuerdan como el nombre de unas lonas para camiones.
Fuente: LosAndesOficial
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