En la agonía del encuentro y tras reñir con sus compañeros, Junior
Mendieta se hizo cargo del penal, sancionado una supuesta mano de Frezzotti.
Pero el ‘Chueco’ resbaló al momento del impacto. Le pegó a la pelota con la
pierna derecha, le rebotó en la izquierda y tuvo la suerte de que el remate se
elevó como si la hubiese picado, engañando a Javier Burrai, que ya se había
jugado a su derecha.
Un ‘deja vu’ del recordado remate de Martín Palermo a
Platense, en la cancha de Vélez, en 1999. Por eso los jujeños rodearon al juez
González para pedirle que anulara el gol. Pero el árbitro interpretó que fue un
“hecho fortuito” y no quiso engañar al arquero. Premio a ser el futbolista más
incisivo de Los Andes, Mendieta festejó su 7° tanto con la casaca Mil Rayitas,
que no le cobraban un penal a favor desde hace 25 juegos (el último lo había
ejecutado el ‘Chapu’ Bordacahar ante Atlético Paraná).
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