martes, 13 de octubre de 2009

La fiesta del Milrayitas

El demorado “Partido de las Estrellas” finalmente se hizo realidad en una tarde tan emotiva como placentera para un público conmovido por la magnitud de los invitados. Y cuando el fin del encuentro tiene como propósito recaudar fondos para las divisiones inferiores, mayor el beneplácito cuando se cumple el objetivo. Todo comenzó con un partido entre dos equipos representativos de las divisiones inferiores compuestos por jugadores de novena a cuarta división. Sirvió como aperitivo para ir conociendo a las promesas del futuro y para esperar el choque de aquellas grandes glorias que vistieron la camiseta Mil Rayitas.Las inmediaciones del estadio se iban poblando de camisetas blanquirrojas de todas las épocas y modelos. De a poco iban llegando los homenajeados y había que recurrir a la memoria para poder reconocerlos porque el tiempo ha pasado como una daga inexplicable, pero no ha muerto todo el fútbol que supieron derramar en tantas jornadas de gloria. También los que no pudieron acercarse y estaban invitados tuvieron tiempo para excusarse porque muchos asumieron importantes responsabilidades como Hernán Díaz en River Plate, el Gabi Nasta en el Deportivo Madryn o el mismo Bichi Fuertes que sigue gritando goles en Colón de Santa Fe y hasta se da el lujo de coquetear con la Selección Nacional. El entrañable vestuario del Eduardo Gallardón que tantas veces los vio cambiarse les abrió sus puertas nuevamente. Sobre sus bancos volvieron vendarse los tobillos tres generaciones distintas de jugadores; sobre sus baldosas hicieron la entrada en calor, solo faltaron los masajes de Jorgito Sureda que los vio pasar a todos y cada uno de ellos. De los 70 estaban Oscar Giorgi, Carlitos López, Roberto Vázquez, el Pato Aimetta, el Negro Vañasco, Quique Lanza, el Negro Juan Carlos Molina, el Colorado Horacio Nicolás Cuellos, la Vieja Hugo Pizarro. De los 80; Héctor Franchoni, Enrique Medina, Justo Meza, Víctor Hugo Alarcón, Luís Escobedo, Eduardo Pizzo y el Chango Ibáñez, Omar Torres, Walter Medina, que junto a Orlando Enrique Romero también pueden ser catalogados como jugadores de los 90. De esa década sumamos al Cuca Raúl Arce, Hernán Da Graca, Gabriel Lobos, Gilmar Villagran, Adrián Czornomaz y Gabriel Caiafa. También estuvieron el arquero Laureano Zenobi y Gustavo Ruíz Díaz que pese a que había jugado el día anterior para Brown de Adrogue igual se hizo presente en el Gallardón demostrando de qué forma siente estos colores. En la platea y acompañando en los bancos de suplentes se vio a Héctor De Felice, Miguel Ángel Cobian, Antonio Abrodos, Alberto Jesús Benítez, Julio Zavatto y Jorge el Gordo Ginarte, entre otros. Y hubo claro un partido de fútbol, que aunque su resultado paso a un segundo plano, se jugó a muerte con esas ganas que siempre demostraron en la cancha durante tantas temporadas. El score hasta que pudimos contabilizarlo arrojó un triunfo para el equipo rojo de 6 a 4 sobre el equipo de camiseta mil rayitas.
Los equipos, aunque luego hubo varios cambios formaron asi:

Equipo Rojo: Héctor Morales (artífice y organizador del evento junto a Maxi Torres); Escobedo, Lobos, Vásquez y Walter Medina; Cuellos, Villagrán y Juan Carlos Molina, Romero, Czornomaz y Pizzo. Luego ingresaron Omar Torres y Gabriel Caiafa

Equipo Mil Rayitas: Carlos López; Enrique Medina, Giorgi, Vañasco y Meza; Ibáñez, Franchoni y Arce; Aimetta, Hernán Da Gracia y Víctor Alarcón. Ingresaron Hugo Pizarro, Enrique Lanza y Gustavo Ruíz Díaz.

El viejo Zorro de Jorge Ginarte para emparejar el partido que se había volcado para los rojos, hizo ingresar a varios juveniles como Leandro Corulo, Ángel Miño, Ignacio Gargiulo, Leonardo Aguirre y Gustavo Bravo, ante la airada protesta de los Rojos que ya querían tirar la toalla. Hubo tiempo para la entrega de medallas a cada uno de los participantes, para escuchar una emotiva carta enviada por Abel Da Graca desde Ecuador dirigida a sus compañeros y a toda la familia Mil Rayitas y también hubo un conmovedor homenaje al trágicamente desaparecido arquero Luís Alcides Herrera, artífice del ascenso al Nacional B en la temporada 93-94. Su madre y su hermano recibieron la medalla con lágrimas en los ojos pero complacidos por el recuerdo que Los Andes le brindó a una persona que forma parte de su galería de ídolos. Entre aplausos, declaraciones de los protagonistas y promesas de repetir el encuentro se termino una tarde llena de gratos recuerdos.

Fuente sitio oficial www.clublosandes.com

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