Don Ángel no solo fue un delantero letal, sino un símbolo de coraje, humildad y amor profundo por la camiseta milrayita. Sus 94 goles en la gloriosa década del 50 son un recordatorio constante de su habilidad y dedicación en el campo. Pero más allá de sus logros deportivos, el futbolista oriundo de La Plata fue un hombre de valores, un verdadero líder que inspiró a sus compañeros y a los hinchas con su entrega y pasión. En aquella década dorada, Don Ángel fue parte de un equipo que logró un campeonato histórico en Primera C de 1957.
El ídolo llegaría al club por $ 2.000 de la época, y Don Horacio Palacios aceptó la cifra: “Pero me pago con una heladera último modelo, que me la lleve orgulloso a casa por ser la primera que tenía”, había contado el mismo Del Moro. A fines del ’59 pasó a Quilmes por $ 250 mil, que junto a “Palito” Balay, significaron las mayores transferencias de aquel período. Con la camiseta del Cervecero, Angelito le convirtió un gol a Banfield y, demostrando su cariño con Los Andes, festejó con la camiseta Mil Rayitas que tenía debajo de la Quilmes.
"Cuando yo estuve en Los Andes, me encontré con dos personas maravillosas, que eran Don Eduardo Gallardón y Don Horacio Palacios, era una familia en ese tiempo, con toda dignidad y con toda pasión", había declarado esta figura que quedará grabada en la memoria milrayitas por siempre.
El legado de este eterno goleador vivirá siempre en nuestros corazones y en la historia del Club Atlético Los Andes.
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