miércoles, 13 de julio de 2022

Picadito

• Jugar sin arcos:
Poco para rescatar de la actuación del Milrayitas ante el Tallarín, reconocido hasta por sus protagonistas. “Quedamos en deuda. No era lo que esperábamos de nuestro debut (del cuerpo técnico) en Lomas. Debemos empezar a reaccionar, ya que tenemos una final el próximo domingo”, dijo Guillermo Szeszurak, en su primera conferencia de prensa al frente del equipo en estadio Eduardo Gallardón. Y es que Los Andes no causó peligro, ni situaciones al arco defendido por Casoli en los noventa minutos, en medio de un ambiente caldeado desde las tribunas. “Si bien salieron algunas pelotas paradas, faltó funcionamiento y conexión para generar situaciones. Talleres se adueñó de mitad de cancha y no pudimos revertir eso”, describió el Búfalo. También sostuvo que no valoran el punto obtenido porque “Los Andes de local tiene que sumar de a tres puntos”. “Hay que cambiar el chip y, si bien enfrentó a un duro equipo, el peor rival de Los Andes somos nosotros mismos”, destacó el entrenador y remarcó: “No estoy contento con el presente pero si muy feliz de estar al frente del equipo de Los Andes y tengo las armas para resolver esto y dejar al club en la categoría. Y luego pensar para que estamos”.

• Romero mantuvo el cero:
De lo único para destacar, Leonardo Romero mantuvo su valla invicta, tras su regreso del desgarro en el gemelo. Y fue importante su actuación, junto a la zaga central, ya que le ganó la pulseada a Lucas Farías, al desviar dos remates fortísimos, como también a Ángel Gómez. Sin embargo, se paralizaron los corazones cuando en un momento cayó desplomado pidiendo el ingreso de los médico. Luego salió a atorar a Pulicastro sobre el final de la primera etapa que, en la polémica, el árbitro consideró que no hubo infracción al delantero de Talleres. Así coronó su invicto justo contra el equipo que había debutado defendiendo el arco Milrayitas, que también finalizó en cero.

• El regreso de una casaca perdida en el recuerdo:
La utilería de Los Andes tuvo que apelar al arcón de los recuerdos. Ante tener los dos equipos los mismos colores, Javier Delbarba tampoco autorizó la camiseta alternativa “silver” (plateada) al local y hubo que salir de emergencia a encontrar una tercera alternativa. Así llegó la azul que se utilizó el pasado año, siendo la vez más cercana en la eliminación del Reducido en Munro ante Colegiales. Esta vez la camiseta azul se combinó pero con el pantalón del juego de la clásica Milrayitas y las medias en composé de la Silver. “El primer línea no nos ayudó en ninguna infracción para nosotros y el segundo asistente cobró seis fouls para Talleres. Quizás estaba confundido y pensó que los de local eran los de rojo y blanco”, dijo el Búfalo en conferencia de prensa.

• Tiempos movidos:
Ante la urgencia y la falta de respuestas, el entrenador no titubeó al hacer ingresar y sacar futbolista. Ese fue el caso de Agustín Mansilla, quien ingresó sobre el final de la etapa inicial por la lesión del Chaco Moreno, que sintió molestias ya casi a los 20 minutos de iniciado el partido. La poca incidencia de extremo devenido en volante central y la falta de juego del conjunto general hizo que el cuerpo técnico rompa el esquema e intente con los más ligeros en los últimos minutos. Por eso, Mansilla no pudo completar ni siquiera 45 minutos (solo 42’) y fue sustituido por Pablo Cortizo. La vez más cercana que un futbolista de Los Andes ingreso y salió antes del pitazo final fue en 2013 en el triunfo ante Estudiantes de Buenos Aires por la mínima (el Milrayitas hizo de local en Merlo y sin público): Luis Bevacqua reemplazó al Mago Ortiz a 10’ del complemento y abandonó la cancha a falta de 3 minutos por el Tanque Noriega.

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