lunes, 9 de enero de 2012

"Me convenció el desafío"

La segunda incorporación del equipo de Lomas de Zamora, Eduardo Rubén Vilce, sentenció ante los micrófonos del programa radial Fútbol en Milrayitas: "Me convenció el desafio de estar en un equipo grande que lucha por ascender". La posibilidad de llegar al Milrayitas llegó por medio de un compañero que estuvo en Tiro Federal: "me pasó el contacto de su representante y me dijo que había una oportunidad para venir a Los Andes, le dije que estaba interesado porque tuve seis meses de inactividad, aunque estaba entrenando en un club de mi ciudad. La propuesta era linda porque es un equipo grande y tenía muchas ganas de llegar para seguir creciendo como profesional", señaló el volante rosarino.
Sobre sus condiciones en el juego se distinguió como un futbolista que no siente la marca, aunque tiene "sacrificio" y, "si me tengo que tirar al piso, lo haré porque tampoco soy un jugador muy lírico", sostuvo. "Trato de tener buen destino de pase, que el equipo juegue bien y me gusta jugar mucho con la pelota al pie. El torneo anterior de Nacional 'B' jugué tres o cuatro partidos de mediapunta. No me siento tampoco muy extraño poder jugar un poco mas adelante y en el último tiempo lo hice de doble cinco", indicó Vilce. Y agregó que "tener Cascini de técnico es algo muy lindo porque conoce la posición y me puede mejorar en muchas cosas".
Respecto de su presente y condición física con que llegará a la pretemporada señaló: "Si bien me va a costar la pretemporada, vengo con la mentalidad de ponerme bien primero en lo físico y en lo futbolístico. Quiero llegar bien al arranque del campeonato para poder estar entre los once titulares que lo que me propuse", dijo Vilce.
El volante comentó que estuvo diez años en Tiro Federal, de los cuales fueron "seis años de profesional". "Practicamente es mi casa. Tuve ofertas para ir a Talleres de Córdoba, Independiente Rivadavia de Mendoza y al fútbol de Venezuela que no se concretaron. Por eso mismo nunca salí de Rosario", afirmó el volante.

Por Jorge Fidalgo

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