Acompañado por su familia, el capitán surgido de las infantiles de Los Andes cumplió un centenar de encuentros oficiales defendiendo nuestros colores, justo con el mismo equipo con el que había debutado en 2015 por la Copa Argentina, Fénix. Sin embargo, con el pitazo inicial, el volante surgido de Villa Abertina se volvió a poner el overol a puro sacrificio y fútbol.
“Me pone muy feliz llegar a esa cifra. Cuando era chico y jugaba en Villa Albertina soñaba tan siquiera con jugar un solo partido en primera de Los Andes. Llegar a Cumplir 100 partidos con la Milrayitas es un orgullo y una felicidad enorme”, dijo Turraca al sitio web oficial, tras el partido.
Por supuesto que es un orgullo, ya que no solo se formó en Villa Albertina sino también fue parte importante del equipo de Primera División, incluso hasta llevando la cinta de capitán como hoy. “Una de las cosas que me marcó fue el compromiso y luchar por ser futbolista profesional, que lo logré gracias al esfuerzo propio, pero también al apoyo de mi familia en todo sentido”, agregó el volante.
Si bien ya había debutado a principios de 2015 aunque solo estuvo un puñado de minutos en el triunfo ante Cuervo por la Copa Argentina, Gustavo Turraca saltó por primera en el equipo inicial de Los Andes recién en 2016 ante Juventud Unida en Gualeguaychú, donde conformó una buena actuación con mucha entrega y sacrificio en su segundo partido oficial con la Milrayitas.
“Hay que elegir el momento para que los chicos vayan debutando y por suerte lo hizo bien, como durante la semana. El gran desafío es sostener el buen rendimiento en el tiempo”, había dicho su entrenador por aquel entonces, Felipe de la Riva. Y vaya que sorteó ese desafío al marcar una cifra histórica.
Y mientras sus compañeros lo cargaban cuando daba declaraciones, el pibe nacido de las inferiores había dicho en aquel primer partido como titular: “Saben que me dan vergüenza hablar y me matan”. Gracias a su juego, el centrocampista fue ganando minutos y titularidad en la temporada 2016/17 de la mano de Marcelo Barrera y Aníbal Biggeri, para que pierda toda la timidez dentro y fuera de la cancha, ante los micrófonos. “De todos los técnicos se aprende algo, sea bueno o malo. Salomón es muy bueno y se nota por el juego que desplegamos”, destacó.
Protagonistas en los últimos años de la B Nacional, Turraca no solo fue capitán, sino un Sarmiento que no falta nunca, incluso a pesar recibir infracciones criminales, como le propinó Martín Minadevino (Brown –A-) con una terrible patada en la cabeza. Sin embargo, nuestro Terminator y estandarte en el mediocampo siguió jugando con el mismo ímpetu y espíritu de siempre: “Aún me duele la mandíbula y un poco la cabeza por el choque”, decía Turraca, con aún la marca de los tapones del rival en su cara y cuello.
A pesar de su largo período y la gran cantidad de minutos jugados de manera oficial en el club, el futbolista solo festejó un gol, con un puntinazo desde la medialuna del área del estadio Carminatti, para igualar en el epílogo contra Olimpo. Tras su breve paso en Almagro, el volante ahora festeja su partido la centena de partidos defendiendo la casaca Milrayitas. El último jugador de las inferiores de Los Andes que llegó a las tres cifras fue Darío Ruiz en 2011. Previamente habían alcanzado esos números Marcos Britez Ojeda y Jonatan Tridente.
Volviendo al presente, el capitán Milrayitas sentenció que en el partido de hoy solo les faltó convertir una vez más: “Manejamos el juego casi los noventa minutos, mostramos un buen juego e intentamos triangular”.
“Hace mucho tiempo que no se veía un Los Andes tan protagonista y que tenga una manera de juego linda e identificada con el club. Esperamos traer el próximo partido los tres puntos de Zárate y seguir mostrando este juego que estamos convencidos que nos va a llevar a lograr el ascenso”, concluyó Turraca.
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