La práctica matutina del miércoles se llevó a cabo en La Laguna de los Padres y contó con intensos trabajos de fuerza sobre pendiente. Además, previamente habían hecho una rutina de gimnasio en el Club Peñarol.
Cambiaron la playa por el aire de las sierras. Rodeados de vegetación y una naturaleza impagable. La conocida Laguna de los Padres, ubicada en las afueras de Mar del Plata, fue el destino elegido por Mario Rizzi y compañía para llevar adelante el primer turno de entrenamiento del miércoles. Tranquilidad, soledad y mucha frescura para ponerle el pecho a otra dura jornada matutina. Antes de ello tuvieron que cumplir con una rutina de gimnasio. Todos los grupos musculares a trabajar: bíceps, tríceps, pecho, dorsales, hombros y abdominales. Y por primera vez desde que están en la Feliz eligieron entrenarse en el Club Peñarol, ícono de la ciudad y una de las instituciones más importantes del básquet argentino: viene de ser campeón de la Liga Nacional y de América. Después, lo dicho: a subirse al micro y trasladarse hasta la Laguna de Los Padres. Allí comenzaron las tareas con una actividad aeróbica de intensidad media y a continuación llegó la peor parte. Un trabajo de fuerza que incluyó 40 (ni más ni menos) pasadas sobre distintos tipos de pendiente. En esta oportunidad, los únicos que se entrenaron diferenciado junto al doctor Javier Ojeda y el kinesiólogo Mauricio Di Benedetto fueron Pablo Villalba Fretes (molestias físicas), Patricio Grgona (contractura en el isquiotibial de la pierna izquierda) y Luis Bevacqua (distensión muscular). A su vez, el volante Federico García, en recuperación de un esguince leve de rodilla, hizo a la par del grupo.
Para la tarde, como ya es una costumbre, la práctica será en el Club River Plate y allí Mario Rizzi tiene pensado seguir aceitando el funcionamiento del equipo.
Fuente sitio oficial www.clublosandes.com
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