Luis Salmerón tenía todo acordado de palabra para ser refuerzo de Los Andes. Culminado el amistoso con Atlético Venezuela, el experimentado delantero se reunió con el presidente Víctor Grosi y firmó su contrato. El goleador histórico de Ferro Carril Oeste, Tristán Suárez, Atlanta, entre otros, es el primer refuerzo de Germán Cavalieri.
¿Cómo viviste tu llegada a Los Andes?
Con mucha felicidad. Si bien estaba entrenando con el plantel por autorización del cuerpo técnico y la Comisión Directiva, tenía ganas de firmar y estoy con muchas expectativas. Vestir ésta camiseta es un gran desafío para mi carrera y lo tomo con mucha responsabilidad.
Más allá de los goles, ¿tu experiencia y jerarquía pueden ser clave para un plantel con muchos jugadores jóvenes?Y sí, quizás por la trayectoria o experiencia de haber jugado en la categoría, me toca ser junto a algunos chicos más grandes, la voz de mando o esa imagen de referente, que podemos demostrar adentro de la cancha. Sabemos que es una categoría dura, pero no podemos quedarnos con eso. Yo siempre digo que la B Metro es una jungla y estamos entrenando para ser diferentes. Espero poder aportar, primeramente goles, y después mucho sacrificio para el equipo.
El otro día te tocó convertir en el amistoso con Cental Ballester, ¿fue una manera de empezar con el pie derecho?
La verdad, poder meter un gol en la primera chance que tenes, te da un plus de confianza muy importante. Y no solo a uno mismo sino también con tus compañeros. Soy consciente que estuve parado el semestre pasado y a veces eso te juega en contra. Pero convertir siempre te aliviana la cabeza y me da la sensación que va a ser un lindo año.
En diciembre, Los Andes todavía no había aparecido en tu camino, y se viralizó un video tuyo entrenando bajo la lluvia, ¿tenías ganas de una revancha?
Sinceramente sí. Por ahí por caprichoso o hacerme el exquisito, me quedé parado seis meses y la pasé muy mal. En mis 20 años de carrera, jamás me había tocado vivir algo así y fue durísimo. Me acuerdo que era septiembre u octubre, pasaban dos días y no entrenaba. Entonces, me pregunté a mi mismo, si quería volver a jugar al fútbol y no podía estar tirado en un sillón. Fue el click. Justo en ese video, me fui a pasar Navidad a la casa de mis papás que son de Córdoba y salí a correr, me metí en la montaña con muchos pensamientos en la cabeza y ganas de jugar a la pelota. Y acá estoy. La vida se trata de eso: de no bajar los brazos ni darse por vencido. Esa es mi bandera y así juego adentro de la cancha.
viernes, 17 de enero de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario