Hace exactamente un año, la única lluvia que acechó al estadio Eduardo Gallardón fue la tormenta de papelitos y serpentinas en un marco espectacular, a pesar que muchos no pudieron estar presentes por la disposición que evitaba vender populares a los no socios. El colorido de la tribuna se cerró con las bengalas que llenaron de humo la cancha. Sin embargo, la nubes parecieron amenazar nuevamente con la apertura del marcador por parte del 10 del Tricolor, combinado que no quería ser apenas un invitado a la fiesta.
“Es que cuando el equipo está puntero o por consagrarse se llena de mufas”, tiró uno en la tribuna, en medio de la platea plagada de ex jugadores, entrenadores, dirigentes y muchísimos hinchas. “Tu abuela”, le contestaron inmediatamente con la igualdad del goleador Ale Noriega. Ni hablar cuando el árbitro Mastrángelo apuntó su dedo hacia el punto del penal por falta de Peranic al Chipi Vera. “Para ser campeón, hoy hay que ganar”, se oía. Y otra vez el 9 de Los Andes desató el delirio de las tribunas. “Porque los jugadores, me van a demostrar, que salen a ganar, quieren salir campeón…” coreaba la tribuna, mientras gritaban un fallido gol de Barracas que nunca existió.
Tic, tac; tic, tac. Las agujas del reloj parecen detenidas en el tiempo para algunos pocos espectadores “¿Cuánto falta para qué termine, cuántos minutos van?”, se repetía la pregunta una y otra vez, mientras los gritos de aliento en la popular no cesaban. En el mismo momento se mezclaron los aplausos por el reemplazo de Galeano con los gritos de gol llegados de Barracas. Abel Soriano se había transformado en el goleador del torneo, mientras el pibe Soria (sin “no”) nos devolvió el alma al cuerpo y selló la adjudicación del campeonato, el liderazgo absoluto de la zona B. Así se desencadenó el delirio en las gradas con abrazos y lágrimas, inclusive Fabián Nardozza como el resto del cuerpo técnico (Mariano Moramarco, Guillermo
Crudo, Pablo Marchionni, Nicolás Paz y Claudio Balsano), mientras dentro del campo los futbolistas del plantel comenzaron a lanzar espuma, saltar, gritar y no parar su alegría, cuando aún sus compañeros estaban jugando a tan solo cruzar la línea.
El pitazo final nos dejó como saldo una enorme alegría, una de las más grandes e históricas del club porque el equipo fue líder en el torneo de punta a punta, con superioridad ante el resto, que borró repentinamente de nuestras retinas aquel mal trago ante Deportivo Merlo, que ya tenía 5 años, 4 meses y 20 días ¿Cuándo viviste un torneo así sin tanto sufrimiento? Un semestre perfecto y para disfrutarlo, con campeonato, ascenso y jugadores con buena técnica pero además comprometidos.
El momento cumbre de la fiesta fue la vuelta olímpica, que no se la perdió ni el sol, gracias a que el tiempo se apiadó de los festejos tras una mañana gris y lluviosa. Los gritos y abrazos se extendieron hasta altas horas de la noche. Un año ya del recordado ascenso de la mano de o como manager, Damián
Palamara y Antonio Mozzone eran los médicos del plantel y Mauricio Di
Benedetto el kinesiólogo.
El último escalón fue toda alegría de Lomas, para alcanzar su medalla de oro y volver a ser Nacional, gracias al aporte de Maxi
Gagliardo, Emma Martínez, Maxi García, Daniel
Franco, Juan 'Tortu' Segovia, Diego 'Chapa' Galeano, Mauro
Pajón, Diego Cisterna, Ricardo 'Chipi' Vera, Alejandro
Noriega, Maxi Barreiro, Gustavo 'Toro' Ruiz Díaz,
Cristhian Soria, Fernando Lorefice, Luis 'Negro'
Zeballos, Federico Díaz, Aldo Leguizamón, Federico
Markunas, Lucas Vicente, Gregorio Abregú, Mariano 'Rana'
Barale, Guille Ojeda, Gustavo Turraca, Pablo De Hoyos,
Damián Luna, Martín Rose, Franco Ruibal, Matías Linas, Jorge Pucheta, Marcos Oroño y Julián Vivas. ¡Salud campeón!
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