El punto cúlmine llegó cuando le ganó en velocidad a Bianchi y
encaró solo a un desprotegido Luchetti. Pero no remató al arco, sino que le
cedió la pelota a un solitario Chapa Galeano, quien estaba solo en la puerta
del arco para empujarla y marcar su segundo tanto en el 2015, mientras que
cosechó 4 con la casaca Milrayitas en 34 partidos.
En esta temporada, además de sus tres goles, el Chipi
también tuvo dos asistencias: el centro con el que Figueroa le dio los tres
puntos ante Juventud Unida y un toque atrás para que Córdoba definiera a arco
vacío contra Douglas Haig.
Pero ante los tucumanos, el jugador con la casaca 7 Milrayitas
no solo nos dejó con la alegría de realizar un gran partido para que el equipo se queda conla victoria, sino también con su magia de su futbol de potrero y arrabalero, caraterizado por la picardía, habilidad de encarar y atreverse a jugar una carta diferente, tirando caños y
rabonas.
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