Los doble turno serán moneda corriente en Ezeiza. La vedette de este miércoles fueron los trabajos de potencia aeróbica y la prueba de 1.000 metros. Ya se sumaron Leo Romero y Ale Mena. Apenas pasaron algunos minutos de las 10. Arranca formalmente la pretemporada de Los Andes. Es el punto de partida. El primer turno de una preparación física que tendrá matices de Primera División. Se percibe. Se palpa en el ambiente. Y los jugadores lo saben. El loco de la entrada en calor, muy lindo. Después, las caras lo dirán todo. Vamos que empieza. Preparados, listos, ya. Sí, la prueba de 1.000 metros que nadie esperaba. Ahí están. Cada uno con su respectivo grupo. Arqueros por acá, volantes centrales por allá. Y en la otra tanda que toca aparecen los últimos soldados en incorporarse: el goleador Leo Romero y el defensor Alejandro Mena. Para ellos también hay. Nadie se salva. Una, dos, tres vueltas. No alcanza con la elongación. La pausa es demasiada corta para recuperar el aire. El profe Diego Cinello no está ajeno a nada: “Piernas arriba. Posición de vela. Relájense”, insiste mientras anota las marcas y los tiempos de cada jugador. “Nos preparamos para la guerra”, piensan algunos de los muchachos. Y detrás de la prueba de 1.000 llega otro trabajo de potencia aeróbica. Más liviano, es verdad, pero sumamente desgastante. Hasta Cascini y Delgado se suman a las tareas. ¿Los incorporamos? No, es solo para motivar al grupo. Y lo logran. Todos se alientan. Leo Corulo aplaude. Sí, es la última vuelta. Objetivo cumplido.
Es miércoles. Seguimos en Ezeiza. Apenas pasaron unos minutos de las 12. Los jugadores se van a bañar y derechito a la concentración. “Aprovechen los descansos. Se trabajo duro, se descansa bien”. No es un simple mensaje. El profe lo tiene claro. A las 16 comienza el otro turno físico. Si quieren entrar en la historia, ese es el camino.
Fuente sitio oficial www.clublosandes.com
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